El que sigue es el segundo artículo que escribí para Valencia Oberta, publicación en la que no volveré a colaborar, porque al último artículo que me han publicado le han recortado alrededor de cien palabras.
Este
escritor suecano fue un señor que encontró un filón en la fiebre
nacionalista, lo explotó y le fue muy bien. En Cataluña lo llaman
“ensayista extraordinario”, “gran pensador” y cosas por el
estilo. Sus libros alcanzan cientos de ediciones, pero cabe suponer
que la mayor parte de ellos se venden en Cataluña, unos cuantos en
el Reino de Valencia (cuando todos utilicen la denominación oficial
yo también lo haré), y para de contar.
Fuster
se dedicó a investigar las cosas desde el punto de vista que más
conviene a los catalanistas. Escribió exactamente lo que ellos
quieren leer. Lo raro es que los catalanes no nacionalistas no hayan
protestado ante la estupidez de las tesis que esgrime. Se conoce que
aunque no sean catalanistas alguna debilidad nacionalista sí tienen.
No advierten los disparates, sino que les llegan como textos dulces,
les sube la autoestima colectiva, aunque no sean conscientes. La
superioridad catalana, etc.
Si
Fuster hubiera hecho un análisis imparcial, examinando el asunto
desde distintas vertientes, y no desde la óptica catalanista, sus
textos habrían tenido mucha más calidad, pero muy poca repercusión
mediática.
Las
tesis de Fuster han sido desmontadas por algunos valencianos, pero el
poder editorial está en Cataluña y arrima el ascua a sus negocios.
Les interesa vender mucho. Si colonizan culturalmente el Reino de
Valencia, venderán muchos libros en catalán en estas tierras.
Por
otro lado, los socialistas fueron secuestrados por los nacionalistas.
Una cosa es ser antifranquista y otra ser demócrata, pero los
socialistas creyeron que una cosa era sinónimo de la otra y
adoptaron los postulados nacionalistas. Ya pueden los intelectuales
de izquierdas clamar en el desierto afirmando ser izquierdista es
incompatible con ser nacionalista que los políticos van a la suya.
Los
socialistas valencianos adoptaron las tesis de los nacionalistas
catalanes y aceptaron los libros de Joan Fuster como su biblia
particular. Llevan años desaparecidos de la escena política
valenciana.
Vicente
Torres
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