martes, 22 de febrero de 2011

¿NAIVE?

¿Qué quiere decir NAIVE? Digo yo, porque resulta que en inglés NAIVE es algo así como nuestro castellano PUERIL. Y ese pueril tiene que ver con la niñez, no con la futilidad o ese adjetivo descalificador que suele usar la gente que no conoce a fondo y con PUERILIDAD de por medio el significado de la hermosa palabrita. Y es que hace unos años alguien de muy gratos recuerdos me mentó en inglés la dichosa palabrita y tuve que buscarla en el diccionario para reconocer que me puerilizó. Ergo, me hizo enternecer. Ahora la escuché, en una canción que en todas sus estrofas (practicamente) decía NAIVE (se pronuncia naív, y lo pongo con todo y la tilde para que se entienda que así es, y no naiv sin la tilde). Cómo me puerilizó de nuevo esa palabra...
NIEVE (Es que se parece y así me la imaginé la primera vez que la escuché)... Qué hermosa palabra en castellano y qué hermosas imágenes trae a la mente y al corazón. Es como sentir maripositas frías, como una cerveza helada en el cielo de la boca en el Puerto en un día soleado de Semana Santa. ¡Así de espectacular!
Recordé entonces a Lee Ann Womack, maravillosa cantante gringa de música country y folk ganadora de quiénsabecuántos premios por su espectacular carrera y voz; quien alguna vez grabó una canción que se llama I hope you dance (Espero que bailes), y cuya estrofa inicial dice así: "I hope you never lose your sense of wonder..." (Espero que nunca pierdas el sentido de maravillarte...)
¿Porqué recordé a Womack? Por todo el sentido que adquirió la palabra NAÍV y la PUERILIDAD y el SENTIDO DE MARAVILLARSE que nunca, DEFINITIVAMENTE NUNCA, debemos perder. ¿Cómo sonreírle a la vida, cómo empoderarse de sí mismo, cómo no caer, cómo no llorar, cómo sobrevivir, cómo ser una diva, si no tenemos el más básico de los sentidos totalmente alertas?: ¡El de la maravillación! (¿Se escribe así?, si no, me vale un absoluto cacahuate). ¿Y qué es el sentido de maravillarse? Pues ni más ni menos que ese sentido del que la mayoría de los pseudoadultos carece, que desgraciadamente vamos perdiendo de a onza por día desde que nacemos; o sea, un sentimiento pueril, ese que cuando niños nos hace llorar por ver a un perro haciendo popó, o un arco iris en día de invierno, o un atardecer en Bajamar, o cuando nace una criatura, o una flor solitaria en medio de un paraje desierto. Es el sentido que trato día con día de inculcar a mis hijas, y el que me aparece a cada tantico de mi vida. Como hoy, en que mis hijas a la llegada del trabajo decidieron agasajarme con un "Show de Variedades" y ambas cantaron y bailaron, y me maravilló tanto ver con cuánta puerilidad mis ojos se llenaron de lágrimas al ver a la Lucy convertida en una señorita bailando reggaeton, y a la Mimi bailando una bachata... Y las dos concluyeron al final en que habían aprendido a bailar de su mamá, porque el baile lo traen en la sangre; y que la Lucy dijera: "Mamá, el día que bailaste como Lady Gaga en la casa de Sonia no fue que me burlé de ti, sencillamente me dio envidia, porque yo quería bailar igual que tú". ¡Maldita sea, otra vez voy a llorar! Puerilidad, amor de madre, tonterías... Llámenle como quieran... ¡MIERDA! Yo solo le llamo amor, porque nunca perderé el sentido de maravillarme, aunque me lleve puta la vida. ¡HE DICHO!

2 comentarios:

  1. ¡Muy lindo Thei! Ahora soy yo la emocionada.
    A ver si recupero a esa niña que se maravillaba a cada paso.

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  2. Hasta con el taller de hoy nos podíamos maravillar... Y eso es ya mucho decir...

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